Ciudad Vertical - Hilberseimer (1927)
Hilberseimer, en la ciudad vertical, propone eliminar la necesidad del desplazamiento. Había que disminuir el tráfico al mínimo poniendo en contacto directo la vivienda con el trabajo y el comercio.
En su proyecto de ciudad vertical proponía romper radicalmente con el modelo actual, que seguía representado en la ciudad para tres millones de habitantes de Le Corbusier, en tanto que este seguía basándose en una zonificación horizontal.
Partiendo de la existencia de una nueva industria de construcción prefabricada, del uso contrastado de los eficaces ascensores y del reconocimiento de que Le Corbusier tenía razón en cuanto a la necesidad de elevar la densidad de nuestras ciudades, Hilberseimer propuso la zonificación vertical.
Asumiendo como premisas la alta densidad y el uso de la vivienda colectiva como tipología básica para construir la gran ciudad, Hilberseimer desarrolló un esquema en planta y dos célebres perspectivas. El modelo, en realidad, consta de dos ciudades superpuestas: debajo se encuentra la ciudad comercial y la circulación rodada: arriba, la ciudad residencial y la circulación peatonal. Además, bajo tierra discurren los servicios de transporte urbano e interurbano.
La ciudad se despliega de norte a sur, coincidiendo con la dirección principal de los edificios y está formada por manzanas de 100 por 600 metros y calles de 60 metros de anchura. Los edificios comerciales tienen 15 metros de profundidad y se organizan formando una sucesión de patios cuadrados (siete en cada manzana) mientras que los edificios residenciales, de 10 metros de profundidad, son bloques lineales apoyados en los lados largos de la manzana y dispuestos a intervalos regulares de 70 metros de manera que los bloques, tanto en la calle como en el interior de las manzanas, guardan la misma separación.
Los dos bloques de cada manzana se unen en los lados cortos de la misma, en la planta sexta, por un cuerpo de edificación transversal acristalado de una planta. Esta planta sexta contiene tanto los accesos a los comercios y talleres como a las viviendas.2
Como la ciudad residencial se encuentra sobre la comercial, cada uno vivirá sobre su lugar de trabajo. En este punto la ciudad moderna se toca con la ciudad del pasado. En una casa particular de una ciudad medieval, las habitaciones se hallaban encima de las tiendas y talleres. Lo que se traducía individualmente, acorde con la artesanía, se manifestará en el futuro colectivamente como corresponde a la industria.
Hilberseimer apura la concentración e incrementa la densidad, superponiendo usos unos encima de otros. Los comercios y la industria se encuentran en las primeras cinco plantas y por encima proyecta los edificios de 15 plantas de uso residencial. La unión entre negocios y residencia queda garantizada por la extraordinaria rapidez con la que ya contaban los nuevos ascensores.
Los críticos de por aquel entonces calificaron el modelo como de hormiguero, con una excesiva superpoblación. Fue el propio Hilberseimer quien años más tarde, en 1963, renegó de su proyecto:
La repetición de los bloques tuvo como resultado demasiada uniformidad. Cualquier elemento de origen natural fue excluido: ningún árbol o zona con césped rompía la monotonía. Considerado en conjunto, el concepto de esta ciudad vertical estaba basado en una idea falsa. El resultado fue más una necrópolis que una metrópolis, un paisaje estéril de asfalto y cemento, inhumano en cualquiera de sus aspectos.5
A pesar de todo, su idea de zonificación vertical parece que todavía está presente en algunos grandes proyectos. Podríamos decir que los grandes rascacielos que construimos en el siglo XXI, ciudades verticales con residencias, oficinas y hoteles que pueden llegar a albergar hasta 30.000 usuarios; son los herederos de la idea de Hilberseimer.
Zonificación horizontal- Le Corbusier
Ciudad vertical - Hilberseimer